Leo Durocher, gerente de Los Angeles Dodgers, necesita un bateador poderoso para su equipo. Cuando una de las cuadras de Herman desde siete cuadras lo golpea en la cabeza, cree que tiene a su hombre. Él rastrea a Herman y le pide que pruebe para el equipo. Después de que Herman demuestra su poderosa fuerza como bateador, Durocher comenta: "No sé si firmarlo con los Dodgers o enviarlo a Vietnam".